A principios de Abril del 2012, se ha dado otro paso en las
Merindades en el esclarecimiento de lo acontecido con el golpe de Estado
de Franco, gracias a la iniciativa de la Agrupación de familiares de
fusilados de Espinosa de los Monteros, se han recuperado otras 13
víctimas del fascismo.
Había
un lugar donde la gente de Espinosa colocaba flores, en la misma acera
de enfrente del polideportivo de Espinosa en la carretera que va hacia
Monte Hedilla, al lado de unos chalets que están sobre el rio Trueba y
se comentaba que es donde habían enterrado a fusilados del bando
republicano. Incluso, cuando en 1956 se construyó la carretera y
familiares supervisaron las obras para que no se llevaran por delante
los restos de los suyos. Posteriormente, al poner la acera se respetó el
trozo donde estaban los cuerpos.
Estos primeros días de abril se han abierto dos fosas, los técnicos
de Aranzadi han encontrado 13 víctimas, Entre ellas se cree que hay un
chaval de 16 años de nombre Claudio Sainz y un hombre de 75; un labrador
y tenía una fábrica de alpargatas padre de 10 hijos, Celestino
Zorrilla, y otro de ocho, Aurelio Lavín Ortiz y su mujer Generosa
Fernández Ortiz -embarazada-, (un matrimonio que murió los días 20 y 21
de octubre del 36). Con estas dos, en Espinosa de los Monteros hay al
menos tres fosas, la tercera fue trasladada al Valle de los Caídos con
la fecha de 29/03/1959, con una persona identificada: Pablo Cuesta
García.
En un macabro rectángulo de apenas ocho metros cuadrados se cuentan nueve esqueletos, todos boca abajo; es la primera de ellas, en la calle de la Riva cerca del polideportivo municipal, los restos de nueve hombres asesinados sin previo juicio el 20 de octubre de 1936.
La segunda, a 150 metros en dirección al albergue, hay otra fosa con cuatro mujeres,
probablemente asesinadas al día siguiente 21 de octubre de 1936.
“Después de matar a mi abuelo, que tenía 51 años, fueron a por Donato,
uno de sus hijos, de 27. Pero como logró escapar, en represalia, mataron
a su mujer (Amelia Cano), embarazada de siete meses”. Un cráneo con
peineta demostró que tenían razón los vecinos del pueblo, que siempre
habían dicho que allí habían sido arrojadas en 1936 varias mujeres. Una
de las mujeres logró escapar y se refugió en un molino, pero la
encontraron y la trajeron a rastras a la fosa. Se encontraron sus medias
y su peineta con el rastro de sangre.
“Fueron los falangistas, todos vecinos del pueblo”. En el pueblo, gente
mayor contaba que oyó a los asesinos decir: ‘Le pegué el tiro y no veas
cómo pataleaba’. Por eso siempre se supo donde estaba la fosa”. Los
falangistas no se quedaron ahí. “Después de matar a Celestino y a su
nuera embarazada de siete meses, fueron a por su mujer, le raparon la
cabeza al cero y la llevaron a la plaza del pueblo”. Francisco
Etxeberria, médico forense y profesor de la Universidad del País Vasco,
ha dirigido a los 20 profesionales de la Sociedad de Ciencias Aranzadi
que han realizado los trabajos y ha comprobado las similitudes de esta
fosa con otras y su singularidad: «Solo hay dos o tres fosas en toda
España que se ubican en el casco urbano, dado que lo habitual era irse a
parajes alejados». Impunidad.
En apenas un rectángulo de cuatro metros por dos y a un metro de
profundidad se han hacinado durante 76 años los restos de nueve hombres,
todos boca abajo, «lo que indica que les enterraron sus asesinos»,
según Etxeberria. Todos tienen disparos de bala en el cráneo con entrada
por la parte trasera y muchos muestran roturas de huesos de piernas y
brazos por efecto de golpes cuando fueron torturados.
mas informacion:
http://lasmerindadesenlamemoria.wordpress.com/2012/04/25/fosas-espinosa-de-los-monteros-13-desaparecidos/
http://lasmerindadesenlamemoria.wordpress.com/2012/05/02/represaliados-de-valdivielso/
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